Portavoz de CBK PAN: la astronáutica sigue siendo un nicho, y un astronauta profesional sigue siendo un "elegido"

A pesar del enorme progreso tecnológico, gracias al cual también ha empezado a aparecer el turismo espacial, la astronáutica sigue siendo un nicho, y un cosmonauta profesional, debido a muchos años de preparación, todavía se considera un "elegido", dice Ewelina Zambrzycka-Kościelnicka del Centro de Investigación Espacial de la Academia de Ciencias de Polonia.

En pocos días, el 10 de junio, está previsto el lanzamiento a la Estación Espacial Internacional de la misión científica y tecnológica polaca IGNIS, cuya tripulación de cuatro personas incluye al astronauta polaco Sławosz Uznański-Wiśniewski.

"Incluso en una era de enorme progreso tecnológico y con los inicios del turismo espacial, solo 624 personas han alcanzado la frontera entre la atmósfera terrestre y el espacio, a una altitud de 100 km. Esto no es mucho a escala mundial", declaró a PAP la portavoz del Centro de Investigación Espacial de la Academia Polaca de Ciencias.

Por eso —añadió— la astronáutica sigue siendo una profesión y una habilidad de nicho. «Quizás esto cambie algún día y el turismo espacial se vuelva tan obvio como lo es hoy un viaje en tren de Cracovia a Gdansk. Pero aún no hemos llegado a ese punto», enfatizó.

Cuando se le preguntó si el público todavía considera a los astronautas como héroes, como ocurría al principio de la exploración espacial, la portavoz respondió que, aunque los vuelos espaciales posteriores no son tan celebrados como antes, siguen siendo un desafío y algo especial.

Aunque la tecnología ha mejorado a lo largo de las décadas, aún implica colocar a personas en una pequeña cápsula sobre un cohete, donde se activan potentes motores. La cápsula debe atravesar la atmósfera, una experiencia muy peligrosa, y luego acoplarse correctamente a la Estación Espacial Internacional. El regreso a la Tierra se considera la parte más peligrosa, ya que no solo implica atravesar la atmósfera, cuando la parte exterior de la nave alcanza los 2000 grados Celsius y la velocidad a la que la cápsula cae sobre la Tierra durante un tiempo supera los 25 000 km/h, sino también el esfuerzo que supone para el cuerpo humano. Los propios astronautas empiezan a tener problemas para recuperar la sensibilidad a la gravedad: de repente, les pesa la cabeza y el reloj pesa tanto que no pueden levantar la mano.

"Por lo tanto, un astronauta debe poseer enormes habilidades, una condición física excepcional y una valentía infernal. Para ellos, sigue siendo un desafío físico y psicológico, una entrega total a la ciencia: entregar su cuerpo y su mente, e incluso renunciar a su privacidad durante la misión", declaró Ewelina Zambrzycka-Kościelnicka.

También recordó el viaje de muchos años que deben superar los astronautas, incluido el entrenamiento que cuesta aproximadamente entre 20 y 30 millones de dólares.

En este contexto, PAP también preguntó cómo se relacionan el turismo espacial y los vuelos espaciales de personas adineradas con esto. "Los astronautas profesionales y los turistas son tipos completamente diferentes. Los astronautas turistas no necesitan mucha preparación; su entrenamiento es considerablemente más corto. Por lo tanto, no se pueden comparar con los astronautas profesionales que pasan semanas o meses en la Estación Espacial Internacional. Es como comparar a un excelente piloto de Fórmula 1 que entrena durante muchos años, alcanzando niveles posteriores de desarrollo, con una persona que se deja transportar en un coche rapidísimo. Claro que es muy divertido y una experiencia maravillosa, pero no es lo mismo", enfatizó la portavoz.

La ciencia en Polonia, Agnieszka Kliks-Pudlik (PAP)

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